-
¿Por qué corres?
Yo venía dándole
vueltas a media docena de cosas urgentes pero poco importantes que siempre
llevo rebotando en la cabeza, de esas que, cuando resuelves una, otra entra en
su lugar y te hacen pensar en “el día de la marmota”. Esa pregunta, lanzada a
quemarropa, me hizo volver a la realidad.
Frente a mí estaba
Sergio, armado con una cámara y con cara de felicidad por haberme pillado por
sorpresa con todo éxito.
Acostumbrado a
reaccionar rápidamente a las preguntas sorpresa, le contesté con un par de
tópicos y un chiste malo. Luego, comencé a correr.
-
¿Por qué corro? –
Empecé a pensar en
eso mientras intentaba que mis pulmones no saltaran de mi caja torácica y se
desparramaran por la pista de La Granja.
Dicen que, a veces,
en la propia pregunta está la solución. Pensaba mientras corría. Esa es una de
las cosas por las que corro. A pesar de mis resuellos, correr me permite
abstraerme del entorno cotidiano y mirar las cosas desde una perspectiva
diferente a la habitual.
-
¿Por qué estoy aquí sufriendo sin
tener por qué? –
Esa es otra de las
cosas que me pregunto cuando corro. ¿Por qué no me paro?. Murakami decía que
“el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional”. Adquirir capacidad de
sufrimiento es bueno. Te hace más fuerte. Hace que el esfuerzo que conlleva una
decisión no condicione esa decisión. Eres fuerte. Eres capaz de resistir y
luchar por lo que quieres. Puedes decidir. Esa es otra cosa por las que corro.
Cuando uno alcanza
una cierta edad, y yo ya estoy en esa edad en la que mi edad es una cierta
edad, llega un día en que, de repente, te das cuenta de que nunca podrás correr
más deprisa pero, en ese mismo instante como si fuera una revelación, te das
cuenta de que siempre podrás correr un poco más lejos y, en ese momento te das
cuenta de que las cosas no terminan. Sólo cambian.
Tu forma de ver la
vida cambia. No quiero ir más deprisa. Quiero ir más lejos. Cuando corres, te
das cuenta de que cada día puedes ir un poco más allá y eso te hace sentir
bien. Superar esos pequeños retos te hace feliz.
“Un día llegaré
hasta aquel árbol”, y un día llegas. Inmediatamente, el reto es otro. “Cruzaré
el río”. Y cada día el río está más cerca hasta que un día lo cruzas y te
sientes como Dustin Hoffman adelantando a John Voight por la playa en “Midnight
Cowboy” o como Fermín Cacho en la final de los 1.500.
Aprender que
siempre puedes ir más allá te hace afrontar los problemas de forma diferente.
Ya no eres un velocista, eres un corredor de fondo…. y puedes con todo. También
corro por eso.
Un día, un
cardiólogo, después de dos operaciones de corazón me dijo: “¿Correr? ¿Para qué?
Tú no puedes correr. Quizá dar paseos.”. Cambié de cardiólogo. Hoy corro. Sí
puedo. Despacio, muy despacio. Soy el último. No me importa. Mi carrera es
otra. También corro por eso.
Nunca me habría
puesto unas mallas. Hoy las llevo. Son cómodas. He perdido el sentido del
ridículo. Me ha enseñado que no debo tener ideas preconcebidas. Eso es bueno.
También corro por eso.
Tengo más
resistencia y he recuperado buena parte de mi elasticidad. Eso es muy, muy
bueno. Como todos los que podáis leer esto sois personas inteligentes, ya
sabréis por qué y para qué es tan y tan bueno. También corro por eso.
A veces corro solo.
A veces no. Cuando corro con gente, comparto sudores, dolores, risas,
proyectos, me retuerzo por el suelo haciendo abdominales, me estiro, me canso,
me río, sufro. Compartir es bueno. También corro por eso.
Cuando corro por la
pista, hay veces que me adelantan niños. Bueno, me adelantan niños casi todas
las veces. Eso es una cura de humildad. También es buena. También corro por
eso.
Sé sufrir. Por eso,
aunque me adelanten los niños, sé que, llegado el momento, podría correr, o por
lo menos arrastrarme, con la cabeza y una pierna en la mano, como un espartano
para luchar por una noble causa. Eso debe doler pero seguro que también me
haría feliz. También corro por eso.
Javier Marco, de café Orus, colabora con Zaragoza Atletismo en los retos 3k y circuito que realiza, pero además es un activo cultural en la ciudad de Zaragoza, con multitud de actividades que realiza (en la foto en la semana de literatura negra)
No hay comentarios:
Publicar un comentario